La relación entre música y estudio es un tema que genera bastante debate. Mientras que algunas personas no pueden concentrarse si hay música de fondo, otras la consideran una herramienta imprescindible para mantenerse enfocados. Entonces, ¿realmente la música puede ayudarte a estudiar mejor o es solo una distracción? Vamos a desglosarlo.

Beneficios de estudiar con música

1. Mejora tu estado de ánimo y reduce el estrés

Estudiar puede ser estresante, especialmente cuando tienes mucho que aprender en poco tiempo. Escuchar música puede ayudarte a relajar la mente, reducir la ansiedad y crear un ambiente más agradable para estudiar. Si te sientes abrumado, una playlist relajante puede ser justo lo que necesitas para reducir la tensión y comenzar con buen pie.

2. Aumenta la motivación

La música tiene el poder de cambiar nuestra energía. Un ritmo constante puede ayudarte a mantenerte motivado y enfocado, incluso cuando las tareas parecen interminables. Si encuentras una canción que te energice o te haga sentir más optimista, puede ser justo lo que necesitas para mantenerte en marcha durante largas sesiones de estudio.

3. Favorece el enfoque y la concentración

Algunas personas encuentran que ciertos tipos de música, especialmente la instrumental o ambiental, ayudan a mejorar su capacidad de concentración. La música sin letra o con un ritmo suave puede crear una atmósfera propicia para el enfoque, al bloquear ruidos molestos o distracciones externas. De hecho, muchos estudiantes recurren a playlists de música «lo-fi» o «binaural» para mejorar su concentración mientras estudian.

¿Cuáles son los riesgos de estudiar con música?

1. Puede ser una distracción

No todas las músicas son adecuadas para estudiar. La música con letras, cambios de ritmo bruscos o demasiado animada puede resultar más distrayente que beneficiosa. Si estás leyendo o realizando una tarea que requiere concentración verbal, la música con letra puede interferir con tu capacidad para procesar y recordar información.

2. No es para todos

Cada persona es diferente. Mientras que algunos encuentran que la música mejora su rendimiento, otros prefieren estudiar en silencio absoluto. Si eres de los que se sienten desconcentrados o incluso molestos con la música de fondo, es mejor que elijas un ambiente tranquilo para estudiar.

¿Qué tipo de música es la más efectiva para estudiar?

Si decides incorporar música a tu rutina de estudio, la elección del tipo de música es clave. Aquí te dejamos algunas opciones que suelen funcionar bien para la mayoría de las personas:

Música instrumental

La música clásica o instrumental (como las obras de Bach, Mozart o compositores modernos como Ludovico Einaudi) es una opción popular para muchos estudiantes. Al no tener letras, no interfiere con la parte verbal del cerebro y crea un ambiente relajado y sin distracciones. Además, las composiciones clásicas tienen una estructura predecible, lo que puede ayudar a mantener el enfoque durante largos periodos.

Música «lo-fi» o ambiental

El fenómeno de la música «lo-fi» (low fidelity) ha ganado popularidad en plataformas como YouTube y Spotify. Se caracteriza por ser suave, repetitiva y mayormente instrumental, lo que la convierte en una opción ideal para crear una atmósfera relajada que favorezca la concentración. Si te gustan los ritmos suaves y los sonidos relajantes, este tipo de música podría ser perfecto para ti.

Música binaural o sonidos de frecuencias específicas

Algunos estudios sugieren que escuchar música con frecuencias binaurales (sonidos que afectan la onda cerebral) puede ayudar a mejorar la concentración, la creatividad y la memoria. Aunque los resultados varían según la persona, es una opción a considerar si buscas algo más experimental.

La música puede ser una gran aliada para estudiar, pero su efectividad depende de varios factores: el tipo de música que elijas, el tipo de tarea que estés realizando y, por supuesto, tu propia personalidad y preferencias. La clave está en probar y ver qué tipo de música (o incluso si prefieres estudiar en silencio) te ayuda a alcanzar tu mejor rendimiento.

Así que, si te sientes cómodo con la idea, pon tu música favorita, ajusta el volumen y disfruta del estudio. ¡Quién sabe, tal vez tu próxima sesión de estudio sea mucho más productiva de lo que imaginas!